Documento 1: Palabras
En las primeras páginas de su libro, el escritor chileno Luis Sepúlveda, presenta el tema y el origen de la creación de su obra.
Este libro es una deuda1 mantenida durante muchos años. Siempre he sostenido que gran parte de mi vocación de escritor viene del hecho de haber tenido unos abuelos que contaban historias, y de que, en el lejano sur de Chile, en una región llamada Araucanía, tuve un tío abuelo, Ignacio Kallfukurá, mapuche2 (nombre que conforman dos palabras unidas: «mapu», que significa Tierra, y «che», gente, y cuya traducción correcta es «Gente de la Tierra»), que al atardecer les contaba historias a los niños mapuche en su idioma, el mapudungun. Yo no entendía lo que los demás mapuche decían en su lengua vernácula, pero sí entendía las historias que narraba mi tío abuelo.
Eran historias que hablaban de zorros, de pumas, de cóndores, de loros, y mis favoritas eran las que contaban las aventuras de wigña, el gato salvaje. Yo entendía lo que mi tío abuelo narraba porque, pese a3 no haber nacido en la Araucanía[...], también soy mapuche. También soy gente de la Tierra.
Siempre he querido contarles una historia a los niños mapuche al atardecer, junto al río, mientras comemos los frutos de la araucaria y bebemos jugo de manzanas recién recolectadas.
Ahora que me acerco a la edad de mi tío abuelo Ignacio Kallfukurá, voy a contarles una historia de un perro crecido junto a los mapuche. De un perro llamado Leal4.
Les invito, pues, a la Araucanía, al país de la Gente de la Tierra.
Luis SEPÚLVEDA, Historia de un perro llamado Leal, 2015
1 una deuda: une dette
2 los mapuches: peuple indien du Chili (En el idioma mapuche, se escribe « los mapuche », sin s.)
3 pese a: malgré le fait de
4 leal: loyal
Documento 2: Miedo en el bosque
El autor, relata la historia de un perro llamado Leal, un pastor alemán, que vivía al servicio de un grupo de humanos y que perdió a su “hermano”, un niño mapuche.
La manada1 de hombres tiene miedo. Lo sé porque soy un perro y el olor ácido del miedo me llega al olfato. El miedo huele2 siempre igual y da lo mismo si lo siente un hombre temeroso de la oscuridad de la noche o si lo siente waren, el ratón que come hasta que su peso se convierte en lastre3, cuando wigña, el gato del monte, se mueve sigiloso entre los arbustos.
Es tan fuerte el hedor del miedo de los hombres que perturba los aromas de la tierra húmeda, de los árboles y de las plantas, de las bayas, de los hongos y del musgo que el viento me trae desde la espesura del bosque.
El aire también me trae, aunque levemente, el olor del fugitivo, pero él huele a diferente, huele a leña seca, a harina y a manzana. Huele a todo lo que perdí.
̶ El indio se oculta al otro lado del río. ¿No deberíamos soltar al perro? ̶ pregunta uno de los hombres.
̶ No. Está muy oscuro. Lo soltaremos con la primera luz del alba ̶ responde el hombre que comanda la manada.
La manada de hombres se divide entre los que se sientan en torno al fuego, que encienden maldiciendo la leña húmeda, y los que con sus armas de matar en las manos miran hacia la oscuridad del bosque y no ven nada más que sombras. [...]
Cierro los ojos, tengo hambre y sed, pero no me importa. No me importa que para la manada de hombres yo no sea más que el perro, y de ellos no espero otra cosa que el látigo4. No me importa, porque desde la oscuridad me llega el tenue aroma de lo que perdí.
Luis SEPÚLVEDA, Historia de un perro llamado Leal, 2016.
1 la manada: le troupeau
2 huele (oler): ça sent
3 se convierte en lastre: ici, le handicape
4 el látigo: le fouet
Diga de qué tratan los dos documentos y destaque las similitudes y diferencias entre ellos.