Documento 1 : Por ti soy torero
¡Qué importante es la figura de un abuelo en la vida de un niño! ¡Cuánto podemos aprender de ellos! A mí, mi abuelo, me marcó el camino1 a seguir desde los seis años siendo el espejo donde mirarme y la fuente donde bebí y aprendí todo lo que sé.
Gracias abuelo. Por ti soy torero, gracias a ti he conocido la felicidad de ser torero y la satisfacción que me ha proporcionado poder hacerte sentir orgulloso de lo que los dos hemos conseguido juntos. Porque yo soy obra tuya, obra de tu sentir, de tu amor al toreo, de la grandeza y profundidad de tu corazón.
Gracias abuelo, porque soy nieto de un sueño, de tu sueño, de nuestro sueño.
Enrique PONCE, ABC Toros (02/09/2013)
1 marcar el camino : indiquer la voie
Documento 2 : La casa en que nací
Cuando yo tenía ocho años, vivía en una casa en el campo, una casa perdida en las montañas de León; la casa en que nací. Para ti es imposible imaginar lo que supone esto: el aislamiento y la libertad, la dureza y la debilidad, la valentía y el miedo de los niños en el campo. La casa era maravillosa para un niño. Estaba llena de rincones para jugar, para esconderse, para soñar. La casa la había hecho el abuelo según sus ideas y resultaba rara y cómoda a la vez. Me gustaba encerrarme a mirar revistas en el cuarto de las manzanas. Durante muchos años aquel cuarto estaba dedicado a guardar fruta. Una cosecha enlazada con la otra de modo que el olor permanecía en el aire que había llegado a penetrar en todos los objetos de la habitación.
Me gustaba aquel olor. Tendida en el suelo, sobre una colchoneta, solía pasar grandes ratos en aquella habitación. Cuando supe leer, me encerraba allí con las revistas ilustradas. Leía cuidosamente, tratando de interpretar cada frase. Leía los libros del abuelo, los que guardaba en un armario de su dormitorio: Las mil y una noches, Julio Verne, Alejandro Dumas, Víctor Hugo... Yo no iba nunca al cine, de modo que aquellos ratos de lectura eran para mí la única posibilidad de escapar del mundo real que me rodeaba, para huir a otro, imaginario, en el que sucedían aventuras espléndidas. A veces dejaba de leer y me dedicaba a pensar que era a mí a quien ocurrían aquellas cosas. El olor de las manzanas me producía una especie de adormecimiento y yo sentía que flotaba en el espacio, por encima de los árboles de la huerta o que estaba echada en un prado grande y perfumado. Volvía de viaje como de un sueño y seguía leyendo...
Josefina ALDECOA, Madrid, otoño, sábado (2012)
Conteste las preguntas siguientes y redacte las repuestas.
a) Precise el tema principal y destaque los elementos que caracterizan cada historia personal.
b) Aclare este fragmento del documento 1: « Porque yo soy obra tuya, obra de tu sentir, [...], de la grandeza y profundidad de tu corazón » y relaciónelo con el documento 2.